El centro urbano de Bujalance, municipio erigido en la campiña cordobesa, atesora un amplio conjunto de arquitectura religiosa, construido entre los siglos XV al XVIII, auspiciada por el obispado de Córdoba, la oligarquía local y las órdenes de Franciscanos y Carmelitas. Esta herencia patrimonial provoca interés en el visitante por su valores arquitectónicos y artísticos, así como la singularidad de sus construcciones, como es el caso de la torre de la Iglesia de Ntra. Sra. de la Asunción, conocida como la Torre de Pisa de Andalucía, por presentar una inclinación que supera los 3,5 grados. En estos monumentos religiosos ocurre un fenómeno místico en un periodo concreto del año, que es conocido como “La Arquitectura del Sol”.

Las naves de las iglesias y demás edificios religiosos se orientan hacía el horizonte por el que sale o se pone el Sol el día de la onomástica del Santo titular, produciendo lo que se conoce como “el milagro de la luz”. Los templos en los que tiene lugar este fenómeno son en la Iglesia de Ntra. Sra. de la Asunción, en la Iglesia parroquial de San Francisco, en la Iglesia de San Juan de Dios, en el Monasterio de San José y Santa Teresa, y en la Ermita de Ntro. Padre Jesús Nazareno.

El fenómeno al que estamos haciendo alusión ocurre en Bujalance cada 25 de agosto con el sol como principal cómplice. Misteriosos, místicos, casi espirituales, los rayos del astro que da nombre al sistema estelar donde está la Tierra ofrecen un guiño único a esta localidad para formar parte del llamativo proyecto «La arquitectura del sol».

En el amanecer de la onomástica de la Asunción en el calendario Juliano del siglo XVI, se produjo en Bujalance el «milagro de la luz», consistente en la entrada de la luz solar por la cúpula de la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción.

El orto solar se alinea con la parroquia de la Asunción, produciéndose un instante de corte milagroso único en el mundo que descubrió José María Abril, físico bujalanceño y catedrático de Física Aplicada de la Universidad de Sevilla. Este estudioso certificó que existen cinco templos bujalanceños que conforman un espacio místico único, ya que están orientados hacia el sol para hacer coincidir su amanecer o atardecer con la onomástica de sus santos titulares.

Abril, además, descubrió una segunda característica singular: el uso en las proporciones de los edificios y sus emplazamientos relativos del número áureo y la raíz cuadrada de dos. Esto es, los dos números irracionales que se encuentran en los sólidos platónicos y en las teorías de la quintaesencia. Según José María Abril, en esta cosmovisión «la idea de Dios, la astronomía, la física aristotélica y las matemáticas conformaban una teoría del todo».

En la Parroquia de Ntra. Sra. de la Asunción el sol entra al templo en la onomástica de la Virgen de la Asunción. En la Iglesia de San Francisco está orientada al ocaso solar en la onomástica de San Francisco. Los últimos rayos de sol penetran por el rosetón del pórtico y van a morir sobre la imagen del santo titular, que preside el muro del presbiterio. En la Ermita de Ntro. Padre Jesús Nazareno el vía crucis desciende hacia el punto del ocaso en el solsticio invernal.

La alineación con el sol no ocurre solo en los cinco templos que hemos mencionado con anterioridad, sino también en las dos torres que se han erigido en la localidad, de las parroquias de la Asunción y de San Francisco. El fenómeno se denomina la Línea de San Pablo. Dos días al año, el orto solar se alinea con las dos torres, el día de la Conversión de San Pablo y el día de la consagración de las basílicas de San Pedro y San Pablo (los pilares de la Iglesia). En la misma línea se sitúa la espadaña de la iglesia de San Juan de Dios.

La Línea de San Pablo

La alineación con el sol no ocurre solo en los cinco templos que hemos mencionado con anterioridad, sino también en las dos torres que se han erigido en la localidad, de las parroquias de la Asunción y de San Francisco. El fenómeno se denomina la Línea de San Pablo. Dos días al año, el orto solar se alinea con las dos torres, el día de la Conversión de San Pablo y el día de la consagración de las basílicas de San Pedro y San Pablo (los pilares de la Iglesia). En la misma línea se sitúa la espadaña de la iglesia de San Juan de Dios.