La ermita se sitúa en el cerro de la lobera o del calvario, a las afueras de la ciudad. Su primera edificación data de 1580. La planta es de cruz latina y los altares se sitúan bajo arcos de medio punto. Especial mención por su singularidad en la provincia de Córdoba, tanto por la técnica como por las formas empleadas, merece la decoración de yeserías que adornan el friso, las pechinas de la cúpula y el camarín del Cristo, de finales del siglo XVII. En su interior guarda tallas entre las que hay que destacar a Ntro. Padre Jesús Nazareno, Simón Cirineo y la Virgen de los Dolores (todas de Antonio Castillo Lastrucci) y una cruz barroca de plata cincelada para el cristo. Desde el entorno de la ermita se puede disfrutar de hermosas vistas de la campiña bujalanceña, pudiéndose divisar incluso localidades cercanas.
A la ermita se accede a través de una larga y escalonada calzada (según algunos, antigua calzada romana) en la que se puede admirar un Vía Crucis de piedra y que comienza en el Parque de Jesús, a los pies del cerro. Se trata de un parque que en algunas zonas conserva una imagen propia de los años 20, con árboles centenarios y que es la sede de la Feria Real de septiembre.